Miles de personas acudieron ayer al complejo de Tres Cruces en una jornada signada por la reapertura de su centro comercial y la vuelta de los arribos a su terminal de ómnibus. Autoridades de la institución se mostraron muy complacidas con el nivel de ventas y el orden que reinó en la operativa de la estación.
Colas y rebajas. Los locales funcionaron a un ritmo febril; hubo gente que compró regalos del Día del Niño.
Movimiento. La terminal reabrió con parte de sus servicios y se respiró, de nuevo, normalidad.
Un movimiento febril de personas marcó ayer el ritmo del complejo Tres Cruces tras la reapertura de su centro comercial y la concreción del primer paso del cronograma de retorno de la operativa de arribos a la terminal, que se inició con los ómnibus provenientes de Buenos Aires por Colonia y Carmelo y los que emplean las rutas 1, 2 y 3.
FIEBRE DE CONSUMO
Los pasillos del shopping, que tuvo abiertos desde las 9.00 hasta la 1.00 a 122 de sus 134 locales y stands, se vieron abarrotados por miles de personas que buscaban regalos de Reyes o que, simplemente, retomaban su hábito de efectuar las compras en el complejo. Tanto fue así que, por momentos, se dieron verdaderos embotellamientos de gente en ciertas zonas. Todos parecían estar ajenos a las enormes paredes de madera compensada que separaban el sector habilitado del centro comercial del que se encuentra en rehabilitación.
Un aliciente extra que tuvieron los consumidores fue la implementación de rebajas que, dependiendo del lugar, llegaban al 30% y al 40%. Incluso en locales como Parisien se permitieron un dejo de humor al colocar carteles que promocionaban los "saldos del incendio".
La demanda de las personas no fue pareja, sino que se concentró en algunas tiendas, lo que obligó a los encargados a cerrar las puertas y a permitir el acceso de clientes por tandas para evitar aglomeraciones.
Ese era el panorama en la zapatería 100 Pies que, durante la tarde de ayer, presentaba colas de decenas de clientes esperando por su turno para ingresar.
"El día ha sido una locura, abrimos a las 9.00 y, hasta ahora (las 16.30), hemos atendido a unas 500 personas; es un número muy grande. Hemos tenido un ritmo de ventas muy importante durante todo el día. Por suerte la gente se ha adaptado bien a la espera", resumió a LA REPUBLICA un empleado del local.
La librería y papelería Mosca mostró un panorama similar, con una entrada y salida constante de personas. Según uno de los encargados del negocio, el movimiento fue "muy bueno". "La gente se enloqueció con la reapertura del shopping y las rebajas, hasta hubo una señora que ya hizo las compras para el Día del Niño", afirmó a LA REPUBLICA. "Además el tema de las ventas de Reyes ayudó mucho a atraer clientes", agregó. Esto último se notó en el perfil de las adquisiciones, que se concentró en consolas, joysticks y artículos de juguetería. El encargado estimó que, hasta las 17.00 horas de ayer, habrían pasado por el local de 500 a 600 personas.
Entre el aluvión de gente se podía ver a los obreros que están trabajando en la reparación de la sección afectada por el incendio de la madrugada del 25 de diciembre, que va desde la rotonda central del complejo hasta el supermercado Ta-Ta. Asimismo en Candy Sweet, uno de los stands de Lolita y Toto había empleados limpiando y ajustando detalles para la reapertura.
Marcelo Lombardi, gerente general de Tres Cruces, dijo a este medio que el nivel de ventas de ayer fue "muy positivo" y se llevó a cabo con "buen ritmo".
