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Problemas basurales en Montevideo.



por Martín Aguirre

"Es necesario cambiar la mentalidad respecto a los residuos". Esta declaración no proviene de un ciudadano enojado, ni de un dirigente opositor, ni de un gremialista de Adeom. Pertenece a Juan Canessa, nada menos que el director del área encargada de la limpieza en la capital. Y no fueron las únicas palabras llamativas del jerarca, que en sucesivas salidas denunció que la comuna no dispone del equipamiento suficiente para limpiar la ciudad, acusó a los hurgadores de ser responsables de buena parte de la suciedad y dijo que había una campaña política para agravar el problema. Todo lo cual deja en claro el grado de desconcierto que tienen las autoridades para enfrentar un problema con el cual los montevideanos ya parecen haber perdido la paciencia.

Según una encuesta solicitada por la propia IMM, un 50% de los montevideanos tiene una visión negativa de la gestión comunal. Y un 52% critica el servicio de recolección de basura. Es que alcanza con circular por Montevideo para comprobar que ese es el gran déficit que presenta la intendencia. Un déficit que, para ser justos, viene de años atrás y por lo cual la campaña electoral de la actual intendenta Olivera se basó en la promesa de un "plan de impacto" para limpiar la ciudad.

El primer obstáculo que tuvo Olivera para cumplir su promesa fue Adeom. El recordado conflicto, que terminó con una declaración de emergencia sanitaria y con los militares levantando basurales, pareció ser una bisagra en el relacionamiento con el gremio, que salió muy debilitado. Así creció la esperanza de que eliminado ese escollo, la cosa debía mejorar. Sin embargo no ha sido así. Y a la hora de explicar los motivos de la imposibilidad para mantener limpia la ciudad, las palabras de Canessa ponen el dedo en varias llagas.


La primera tiene que ver con los hurgadores. Esta flotilla de carros tirados por caballos que, desde la implementación del sistema de contenedores, recorre la ciudad 24 horas por día. Las sucesivas administraciones frentistas han tenido una actitud más que tolerante con este fenómeno, basada en explicaciones sociológicas y hasta políticas. Pero el idilio parece haberse roto. Canessa, convocado a la Junta Departamental por el tema de la basura, afirmó que los hurgadores, lejos de ser un aporte a la limpieza de la ciudad, son un dolor de cabeza para la intendencia. Denunció que amparan el informalismo y el trabajo infantil, y sostuvo que implican costos millonarios a la comuna cuando esta debe limpiar las zonas que usan para la clasificación final de lo producido en sus recorridas.

Uno de los temas más llamativos mencionados en la Junta fue las cifras millonarias que mueve el negocio de la basura. Este implica unos US$ 100 millones por año, de los cuales la mitad es manejado por la recolección irregular. Partiendo de la base de que la IMM calcula que hay unos 5.700 hurgadores, un edil estimó que el sueldo mensual que obtiene una persona por esa tarea llega a 13 mil pesos. Cifra nada despreciable y que deja claro lo difícil de cambiar ese esquema.

Pero Canessa admitió que es un problema que supera a la intendencia, y que debe ser resuelto por el gobierno central. Algo que no parece tan sencillo, ya que pese a ser del mismo partido que la IMM, el jerarca no tuvo pudor para criticar la visión tolerante que tiene por ejemplo el Mides respecto al tema. Desde esa secretaría se ha reivindicado siempre que los hurgadores cumplen un rol social importante y que incluso ayudan a la comuna. Para Canessa, en cambio, "la actividad de los hurgadores lo único que genera es mugre".

Pero las declaraciones del jerarca, que fue a la Junta en nombre de la intendenta que no asistió al llamado, también fueron duras con las gestiones anteriores del Frente Amplio. "Faltan camiones y contenedores; hay carencias de equipamientos y tenemos un problema gigantesco con el barrido". Además sostuvo que "nos falta tener mejor organización" y denunció que hay problemas de mentalidad en la sección limpieza, en el sentido de que hay gente que piensa que "si yo resuelvo el problema que tengo frente a mí, ya no voy a tener más nada que hacer".

Ante todo este panorama, la honestidad brutal del jerarca permite hacerse una idea clara de lo complejo que luce el panorama para ver una solución pronta al tema de la basura en la ciudad. Ahora se habla de la creación de un nuevo Plan Director. Sin embargo, el anterior, realizado para el período 2003-2005, y que costó unos 2,5 millones de dólares, no parece haber dado ningún resultado.

Hoy se informa que la IMM abona 14.000 sueldos, que se componen de 8.400 funcionarios, 150 cargos de confianza, 100 funcionarios en comisión, 800 contratados, y 4.000 contratados a través de ONG. Con una población de un millón y medio de montevideanos, da un promedio de casi un funcionario cada 100 habitantes. Teniendo en cuenta que la IMM recaudó más de US$ 500 millones en 2010, no parece lógico que la basura, el tema casi excluyente para la razón de ser de una intendencia, no pueda tener una solución digna en Montevideo.

Fuente: Diario El Pais.

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