El 26 de octubre no es una fecha más para los grandes del fútbol uruguayo. Mientras Peñarol recuerda su primera Intercontinental ganada fuera de Uruguay, en 1966 ante Real Madrid, Nacional no se olvida de la última Libertadores de un equipo uruguayo, en 1988 ante Newell's.
Peñarol ya había ganado su primera Copa Intercontinental en 1961 ante Benfica en Montevideo. Sin embargo, se sacó dos espinas en un mismo partido el 26 de octubre de 1966. Los dirigidos por Roque Gastón Máspoli, campeones de América tres meses atrás en aquella recordada tercera final de Santiago de Chile frente a River Plate remontando un 2-0 para terminar imponiéndose 4-2, le ganaron al poderoso combinado merengue 2-0 en el Centenario con doblete de Pedro Spencer.
En la vuelta, con muchos españoles presagiando una goleada como la de 1960, el elenco mirasol sorprendió a todos y ganó 2-0 con autoridad, para conquistar su segunda Copa Intercontinental, y primera fuera del país. Pedro Virgilio Rocha abrió la cuenta mediante un tiro penal, y Spencer, el de los tantos importantes, anotó un tremendo golazo con fenomenal corrida y pared con Juan Joya Cordero.
Jugaron aquella noche Ladislao Mazurkiewicz; Juan Vicente Lezcano y Luis Alberto Varela; Tabaré González, Néstor Goncálvez y Omar Caetano; Julio César Abbadie, Julio César Cortés, Alberto Pedro Spencer, Pedro Virgilio Rocha y Juan Joya Cordero. Del otro lado, dirigidos por Miguel Muñoz, Betancort; Calpe y De Felipe; Sanchis, Pirri y Zoco; Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento.
El mismo día pero 22 años después y en Montevideo, Nacional obtuvo lo que hasta hoy es el último logro de relevancia del fútbol uruguayo a nivel de clubes en Sudamérica. Con Roberto Fleitas como director técnico, los albos festejaron con su gente en el abarrotado Estadio Centenario una mrecida victoria, en cifras de 3-0 frente a Newell's Old Boys para reinar en el continente por tercera vez en su historia.
Tras caer 1-0 en su visita a Rosario con gol de Iván Gabrich, el tricolor fue una aplanadora en la revancha y ganó la final más clara que se recuerde a favor de un conjunto uruguayo por la Libertadores. Fue 3-0 pero pudo ser más, para un equipo que no se había armado con intenciones de ser campeón, pero fue encontrando solidez a lo largo del campeonato. A los 13' abrió el score Ernesto Vargas con una espectacular media vuelta en el área, Santiago Estolaza aumentó a los 37' con un gran cabezazo, y Hugo De León cerró la cuenta de penal a los 80'.
Luego hubo un innecesario alargue donde no hubo goles, para que el bolso terminara abrochando el título. Jugaron esa noche Jorge Seré; José Luis Pintos Saldanha, Felipe Revelez, Hugo De León y Carlos Favier Soca; Jorge Daniel Cardaccio, Santiago Ostolaza y Yubert Lemos; Ernesto Vargas (Daniel Carreño), Juan Carlos De Lima y William Castro (Héctor Morán). Por la visita lo hicieron Scoponi; Llop (Ramos), Theiler, Pautasso y Sensini; Martino, Franco y Rossi; Batistuta, Gabrich y Alfaro (Almirón).
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