Una pandilla utilizaba el teléfono policial para levantar apuestas y desde su callejón buscaban formas ilegales de volverse ricos. Varias generaciones crecieron mirando a Don Gato y su Pandilla, a quienes recordamos esta vez.
Por estas latitudes nos acostumbramos a disfrutar dibujitos animados que habían sido estrenados varias décadas antes. Canal 5, por ejemplo, transmitió en los ochenta una gran cantidad de clásicos de Hanna-Barbera que ya tenían más de veinte años.
Don Gato es uno de esos ejemplos. La serie animada fue transmitida en Estados Unidos entre 1961 y 1962, con solamente 30 episodios producidos, que aquí fueron repetidos tantas veces que a los niños de la época les parecieron muchos más.
La premisa de la serie era muy interesante, ya que seguía las aventuras de una pandilla de gatos callejeros, que buscaban la forma de hacerse ricos, por lo general utilizando tácticas que rozaban lo ilegal. Al frente de ellos se encontraba Don Gato, mezcla de pícaro timador y cabecilla criminal.
Desde un comienzo se marcaba el enfrentamiento entre los felinos y la policía, personificada por el oficial Matute, quien debía cuidar el callejón de los gatos, y cuyo teléfono privado era constantemente utilizado por Don Gato para levantar apuestas y hacer otras llamadas personales.
Los subordinados de don gato eran cinco, aunque tres eran más recordados que los otros dos: Benito, Cucho y Demóstenes. El primer tenía una voz muy finita (sólo en la versión latina) y era el más inocente, el segundo era el más devoto del jefe, y el tercero mezclaba su lentitud con su tartamudeo. Más atrás llegaban Panza y Espanto.
El éxito en América Latina fue mayor que el estadounidense, lo que explica que cincuenta años después de su debut, se estrene una película animada en 3D, realizada en México por Ánima Studios.
