BUENOS AIRES | JOSÉ MASTANDREA
Llegó a la cita puntualmente. Vaqueros italianos, zapatos de vestir negros brillantes, gabardina crema, polera negra. Celular en la mano, y sonrisa amplia. El saludo, y la invitación a la charla abierta, frontal, distendida con el "Príncipe" Enzo Francescoli.
"¿Qué pasó? Y... el fútbol tiene estas cosas, muchas veces los favoritos quedan de lado, por lo que sea, porque erran goles, porque perdieron en el alargue, por penales, pero en definitiva están los que tenían que estar, o los que hicieron méritos para estar", empezó diciendo Enzo sobre este desenlace, para muchos, inesperado de la Copa.
"La parada va a ser dura... pero Uruguay creo que llegó sin que nadie le regalara nada. Le tocó jugar con todo en contra y con Argentina como dueño de casa y no es lo mismo jugar contra Argentina como local que contra otro rival. Uruguay demostró que es más equipo que Argentina, es un conjunto mucho más equilibrado", dice mientras se sirve un trago más de gaseosa.
"Sí, puede ser... hubo algunas cosas muy parecidas con aquella victoria nuestra en el 87. La diferencia fue que Argentina en aquel momento venía de ser campeón del mundo, quería la Copa América, pero creo que ésta la necesitaba muchos más, no la gana desde el 93. Y también en aquel momento tenía al mejor del mundo, jugaba Diego (Maradona) y tenía un equipazo. Creo que este Uruguay mantuvo mucho su estilo, el estilo que tuvo aquel equipo. Defendió bien, marcó bien y aprovechó las chances que tuvo. En el 87 pasamos mal, nos metieron en el arco, pero terminamos ganando, jugando al contragolpe. También creo que este equipo tiene mejor juego aéreo que aquel del 87... pero hubo muchas similitudes, muchos puntos en común, siempre ganarle a Argentina en su casa es una gran victoria, un gran triunfo", afirma.
Hoy se mueve entre Madrid y Buenos Aires. Va seis semanas a la capital española para encontrarse con su amigo "Zizu" Zidane y participar de Cracks, esa escuela de fenómenos que están apadrinando ambos. Llegó hace dos días a la Argentina, pero siguió las alternativas de la Copa, claro.
"Lo vi bien a Messi, creo que ha dejado de ser resistido. Lo veía de lejos y no lo podía creer... no podía creer que lo discutieran. Para mí sigue siendo el mejor del mundo, pero siempre pasa. Cuando estás en lo más alto, en la cúspide siempre hablan. Para bien o para mal, siempre estás en boca de todos, pero Messi es un fenómeno de verdad. Creo que el problema acá es que todos quieren que juegue como en el Barcelona, y no lo va a poder hacer. Argentina no es el Barcelona, no tiene los mismos jugadores ni el mismo sistema, Messi tiene que ser él, y jugar como sabe y va a ser el mejor jugando en el Real, en el Manchester, en Uruguay o en Polonia. Necesita tiempo, necesita trabajo de equipo, pero ya lo va a encontrar. Y Argentina tiene que ser Argentina, es una utopía pensar que puede parecerse al Barcelona, no lo va a lograr", dice convencido.
La gente pasa, mira, y lo saluda. Es que sigue teniendo casi la misma estampa de crack que cuando jugaba. Está más delgado, casi como cuando la amasaba en River Plate o como cuando se calzaba la número 10 de Uruguay. "Esta selección es genial, está escribiendo su propia historia, ha hecho cosas diferentes, lo del Mundial fue enorme, cambió el estilo, el juego, se anima a más. ¿Cuándo íbamos a ver una selección uruguaya jugando con tres puntas? Trata de jugar bien y eso es más que rescatable... yo que sé desde el 50 creo que no pasaba algo así", recalca.
Y compara con ese renacer celeste de la Copa América del 95, habla de este proceso, del proyecto del maestro Tabárez que apoya a lo lejos. "La credibilidad la logran los triunfos, de nada vale el trabajo, el proceso, lo que se haga si no se gana. La gente está entusiasmada, lo de Sudáfrica, esta eliminación a la Argentina, lo que hizo la Sub 17, la clasificación a los Juegos Olímpicos después de 84 años sin poder participar... hay muchas cosas para resaltar que marcan un camino, un rumbo, un plan. Y creo que es el correcto, hay que apoyar a los jóvenes ahí está el secreto, el futuro. Esto le hace bien a todos, a la gente y a los jugadores, ahí nace la comunión", sostiene.
La Copa América, los eliminados, los que siguen en carrera y la revelación: "para mí es Venezuela... para mí es la sorpresa de esta Copa. Tuvo un rival muy duro, y Chile fue superior, lo dominó todo el segundo tiempo, pero Venezuela tuvo personalidad, bancó el asedio, marcó, corrió, mejoró mucho en la elaboración de las pelotas paradas y sacó un triunfo bárbaro. Hace tiempo que tiene un estilo definido y Farías le dio continuidad, la vi muy bien. Y después, bueno, Paraguay llegó a donde llegó con mucha suerte, pero hizo bien su trabajo, no llegó de casualidad, Brasil no la embocó, y eso juega también en el fútbol".
Pasó raya a la Copa y repitió una frase como al pasar "va a ser durísimo Perú, tiene buenos jugadores y un entrenador que conoce muy bien al jugador uruguayo, eso hay que tenerlo en cuenta". Pero no pudo quedar afuera un tema clave, para él y para todos aquellos que corearon su nombre durante años: River.
"Nunca pensé que descendería... miré el último partido en Madrid. Pensé que River se salvaba. Pero bueno, no fue así, me dolió y me duele muchísimo, pero desde hace tiempo River atraviesa un momento de confusión, no hubo proyectos, ni planes para sacarlo adelante y hoy lo está sufriendo. Es una situación muy dura, pero así no puede seguir, River tiene que serenarse, que replantearse muchas cosas, y cuando lo haga, cuando tenga un proyecto de club, va a volver, va a ser lo que fue. Hoy todo parece tirado de los pelos.. no hay dirigencia, nadie puede fundamentar lo que hace", dice con pena.
Y el tema sigue. "Todo el mundo piensa que el que llegue puede cambiar a River, pero si no cambia quien está al frente, nada va a cambiar. En ese contexto, los de afuera no podemos hacer mucho. Si el responsable no hace un mea culpa.. ¿qué vamos a hacer? Yo quise colaborar, pero no me votaron ni a mí ni a quien yo apoyaba, así que ahora ya está. ¿Qué mano puedo dar? ¿Qué querés que haga? ¿Para qué? Mucha gente me para y me dice que vuelva, piensan que uno tiene la solución, y no la tengo, la gente no me eligió, y Donofrio tenía un proyecto, una idea, no podés dirigir un club tapando baches... y esto no es nuevo, pero al final se dio. Cuando llegué en el 83 casi nos vamos a la B y cuatro años después fuimos campeones del mundo.. yo que sé... River es grande y va a seguir siendo grande"
Enzo y sus dos pasiones: la selección y River. Enzo y el fútbol, su gran pasión, su vida. "Y... mi candidato es Uruguay... si lo era cuando aún estaban Argentina y Brasil, ahora lo es más. Pero no va a ser fácil... nada fácil".
La Copa: "Mi candidato es Uruguay. Si lo era cuando aún estaban Argentina y Brasil, ahora es más".
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