PUNTA DEL ESTE | RAÚL MERNIES
Y GASTÓN PÉRGOLA
Son menos, se quedan por pocos días, llegan en familia y cuidan cada peso que sacan de su bolsillo. Así se podría definir el perfil del veraneante de la segunda quincena en Punta del Este. Los comerciantes no se quejan, pero ya extrañan.
"Son cruceristas que se compran comida en la rotisería de un supermercado, almuerzan sentados en un banquito y dicen `estuve en Gorlero`, pero no consumen nada", así define Gabriel Milat, experimentado negociante de la principal avenida de la península, a los turistas que por estos días abundan en Punta del Este.
Entre comerciantes se los denomina "los buscadores de precios" y los identifican porque saben el valor de cada cosa "allá salía más barato" o "lo compramos acá que sale $5 menos", o porque se preocupan por saber cuántos trozos de pizza entran en una porción.
La ocupación hotelera en la segunda quincena se mantiene en niveles altos, aunque con un leve descenso de 5%. "Mientras la primera mitad del mes la cerramos con un 92% de ocupación, ahora estamos en 87%. Es leve la diferencia, por lo tanto estamos contentos", afirma Fernando Massa, presidente del Centro Hotelero.
A su vez reconoce "algunos bajones" de lunes a jueves. "Se nota algo de capacidad ociosa de lunes a jueves, que en la primera quincena ni se sentía".
Ese aspecto precisamente es parte de la característica del veraneante de la segunda parte del mes, que viene por menos días, básicamente cercano a los fines de semana. "La media de ocupación hotelera no llega ahora los 6 días. Es un público que hace lo que se llama `escapadas`, estadías que difícilmente sobrepasen una semana. Eso es lo que se ve", remata.
El público de esta segunda quincena es entonces familiar, en sustitución del veraneante joven, sobre todo brasileño, y de muy buen poder adquisitivo. "Ahora el perfil ya es de aquel que viene en familia, con un público fuerte de Argentina (casi 70%)", comenta.
En el puerto, los dueños de los boliches nocturnos también notaron el cambio. "Se pide un whisky para tomar entre dos y lo hacen durar una hora igual", comenta el responsable de uno de los tradicionales lugares bailables de la zona.
Andrea, encargada de un local de souvenirs en pleno Gorlero, asegura que es un público que "habla, consulta todo, y se queja de que los precios son caros". También se caracterizan por no tener vergüenza alguna a la hora de pedir descuentos, comenta.
"Hay pila de gente caminando, pero miran las vidrieras y no entran. La mayoría son argentinos que tienen casa acá, la alquilaron la primera quincena y ahora la usan ellos", explica la vendedora.
Sobre los cruceristas, además, agrega: "En los cruceros de la primera quincena venían más que nada europeos y americanos, de buen poder adquisitivo, y que compraban muchas cosas importadas. Ahora bajan sobre todo turistas latinos, de Venezuela, Colombia, que miran mucho, y gastan poco".
Los comerciantes coinciden en que el público de mayor poder adquisitivo de la temporada ya se fue de Punta del Este, y estuvo desde fin de año hasta el 10 de enero. "Cambió la cosa. Los primeros días de enero consumían vinos de primera calidad. Era un público mucho más exigente, pero mucho más consumista, sobre todo de productos de alto nivel", asegura Massa, que además de dirigir la parte hotelera tiene un restaurante en la zona del Puerto.
Otro comerciante de Gorlero que prefirió que no se mencionara su nombre dijo: "solemos decir que se adelanta febrero. El público de enero viene 10 días y se va, y el que llega es al que le duele cada peso".
Otro indicador, según los mozos de los cafés de Gorlero, es que a las 9 de la mañana "ya no se ven jóvenes borrachos regresando de La Barra".
Para José Zubillaga, presidente de la Cámara Empresarial de Maldonado, en la segunda quincena hubo un cambio notorio en la cantidad de público. Asegura que se nota en el tránsito, en los supermercados, se nota en las playas y en la facturación de los comercios. Y sobre todo entre semana.
La facturación de los comerciantes y empresarios, asegura, cayó un 30% respecto de la primera quincena del mes, según Zubillaga, que además de presidir la cámara empresarial es el encargado de la distribución de cervezas en todo el departamento, y un restaurante en Punta del Este.
"Es un público que gasta menos que en la primera quincena. El público de altísimo poder adquisitivo se quedó hasta el 10 de enero. Esos que no miden gastos se han ido en gran mayoría. Hoy los que están son más cuidadosos", asegura.
Las cifras
5% cayó la ocupación hotelera en este segundo período de enero, también se acortaron las estadías, según la Cámara Hotelera.
30% cayó la facturación comercial en lo que va de la segunda quincena, según la asociación de empresas de Punta del Este.
Mercado de alquileres muestra resultados dispares
Los carteles de "Se alquila", volvieron a ser moneda corriente en el balneario esteño, casi como en la última quincena de diciembre.
Tanto en la zona de Pinares, Cantegril, cerca de la Península, San Rafael o La Barra, o incluso hasta en el puerto, los edificios tienen apartamentos que hace días que no corren sus cortinas ni encienden sus luces.
Sabas Pereira, presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Punta del Este (Adipe), reconoció a El País que hay una diferencia entre estos días y la primera quincena, pero también dejó ver su satisfacción con los niveles de operativa que se están registrando, según las opiniones que recoge de los operadores.
Sobre el movimiento en general de la segunda quincena Pereira asegura, como presidente de la asociación, que ha escuchado a todas las campanas.
"Hay quienes me dicen que la cosa viene mal, mientras otros me comentan que a esta altura hay más gente que el año pasado y que vienen trabajando bastante bien", asegura.
Comparado con el año pasado, para Pereira esta segunda quincena de 2011 "está más movida", y lo comprueba con cosas reales.
"En Gorlero ahora no tenés estacionamiento, por ejemplo. Al día de hoy todavía estamos con problemas de estacionamiento y aunque parezca obvio, es un indicador", apunta.
Los comerciantes responden a esta aseveración argumentando que el problema no es el "volumen" de gente, sino que los que están (y ocupan los lugares de los estacionamientos), gastan poco.
Pereira también se refirió a que el veraneante de esta quincena alquila por menos días, y pelea con uñas y dientes el precio de alquiler.
"Es gente que está controlando un poco más los pesos. Además es un público familiar. La mayoría de los grupos de chicos y chicas que vinieron de vacaciones ya alquilaron casa en la primera quincena y se fueron. Ahora la gran mayoría de los interesados son familias, es otro perfil y vienen menos días, sobre todo los días pegados a los fines de semana", agrega.
Cubiertos bajaron un 20%
Según aseguran los comerciantes, ahora sus negocios dependen de la clase media argentina, que entre sus características se destaca la de cuidar y mirar el precio de cada cosa que consume.
Tanto es así, que a nivel gastronómico el precio promedio del consumo del cubierto cayó poco más de 20%.
En un almuerzo de la primera quincena se llegaba a gastar, en promedio, unos US$ 75 por persona; por estos días, el ticket está situado por debajo de los US$ 50.
Incluso algún restó esteño ya optó por dejar de abrir al mediodía, ante la ausencia de público, o incluso cerrar la cocina después de las 2 de la mañana, algo impensado hace dos semanas.
El País Digital
